3 pasos para hacer que las cosas te afecten menos

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Tres pasos para conseguir que las cosas te afecten menos

Si estás aquí leyendo esto en estos momentos es posible que estés atravesando una mala racha, o incluso puede que sientas que llevas toda tu vida pasándolo mal, y has sido suficientemente valiente para reconocerlo y ponerte en marcha para conseguir salir de tu situación.

Así que ¡enhorabuena por tu humildad y tu valentía!

En este artículo descubrirás los tres sencillos pasos que puedes hacer para que las cosas que te pasen te empiecen a afectar menos.

¿Por qué te afectan las cosas?

Es indudable que la experiencia del dolor va directamente asociada a la experiencia de la vida. Si bien, como acertadamente compartió Buda «El sufrimiento es opcional»

El mayor poder no es que no te pasen cosas «malas» (todos los hechos son neutros, pero para que nos entendamos…), sino el ser capaz de dominar tu reacción ante esos hechos, el poder experimentarlas desde otro nivel de conciencia, con resiliencia y comprensión.

Las cosas te afectan porque eres un ser que experimenta el pensamiento, el sentimiento y la sensibilidad física. No obstante, veremos que aquí precisamente reside la clave.

Tus tres centros internos

Cada uno de estos centros representa una función interior. Son los tres cerebros internos. Actúan de intermediarios entre las impresiones, que entran a través de alguno o varios de los cinco sentidos, y la conciencia. 

Es decir, toda impresión que entra, se convierte en un pensamiento, una emoción y en una reacción física.

Por ejemplo, ves un cinturón y automáticamente te creas una idea mental al respecto, entendiendo qué es y para qué sirve.

Posteriormente, pasas al centro emocional y te acuerdas de emociones pasadas con ese cinturón (podría ser una emoción de miedo porque tu padre te pegaba de pequeño con él, o de alegría porque rememoras cuando te ganaste tu primer cinturón en artes marciales…). 

Y, por último, esta emoción te va a producir una reacción física, de tensar tus músculos si sentiste miedo o rabia, de relajarte si tuviste una emoción placentera, etc.

Y la clave está en darse cuenta que todo este proceso se desarrolla a través de ti, pero tú no eres ese proceso, tú eres la conciencia que lo experimenta desde un plano diferente de realidad. 

Tú no eres tus pensamientos, porque a cada momento tú puedes cambiar tu pensamiento; no eres tus emociones, porque a cada momento puedes sentir diferente, y no eres tu cuerpo ni sus sensaciones físicas, porque también pueden cambiar. No eres absolutamente nada que no puedes poseer, y pensamientos, emociones y sensaciones físicas simplemente se experimentan a través de ti.

Lo único que realmente posees es la conciencia.

Los tres pasos para que las cosas te afecten menos

Imagínate que te ha sucedido algo que te está afectando muy negativamente. ¿Cómo puedes cambiar la situación? Cambiando lo de dentro, no lo de fuera de ti. 

Tras comprender el funcionamiento de los tres centros internos, vamos a hacerlo por pasos:

  1. Trabaja tu centro mental: comprende a nivel mental la situación que te está afectando. Trata de racionalizarla y de entender sus causas. Todo en esta vida tiene orden y sentido; se trata de buscarlos para comprenderlos y sanar a nivel mental.
  2. Trabaja tu centro emocional: cuando sientes una emoción que estás experimentando con sufrimiento, trabaja una relajación a través de la respiración, buscando respiraciones lentas y profundas desde el estómago, en lugar de rápidas y desde el pecho. Esto, automáticamente, rebajará el nivel de intensidad de la emoción que estás experimentando.
  3. Trabaja tu centro físico: tras realizar los dos pasos anteriores, experimentarás que «mágicamente» tu centro físico estará mucho mejor, pues lo físico es el último nivel, el que somatiza cuando ni tu parte intelectual ni parte emocional han conseguido digerir la situación. Si lo físico aún no ha mejorado, continúa con la relajación y la respiración consciente hasta que el plano físico termine mejorando.

Trabaja los tres centros internos con acompañamiento

Ahora ya dispones de un sistema para poder conseguir que las cosas te afecten menos, si bien ya sabemos que una cosa es la teoría y otra muy diferente la práctica, es por eso que lo más recomendable siempre es buscar acompañamiento profesional con el que trabajar el «cómo» ejecutar de la mejor forma este sistema. 

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