Yo me metí en esto de la seducción porque desde pequeñito me habían hecho bullying y no conseguía ligar con ninguna chica. 

Bueno, tal vez con alguna, pero con ninguna de las que me gustaban a mí.

Así que, a base de golpes y sufrimiento, me di cuenta que el único que podía cambiar las cosas era yo mismo.

Decidí meterme en el mundillo de la seducción. Y lo hice a muerte.

Me leí todos los libros, me vi todos los vídeos, hice todos los cursos con los coaches de seducción más (y menos) reconocidos, cogí sesiones individuales...

¿Y sabes qué?

Nada de eso me funcionó. En todo caso me empeoró por dentro.

El caso es que en paralelo me metí en el mundo del autoconocimiento y la espiritualidad. Y fue por ahí que encontré el camino.

Así que decidí unir lo mejor de ambos mundos y...uf ¡la verdad que funciona!

Mi enfoque parte del autoconocimiento, de potenciar el diamante que está dentro de ti, y hacerte brillar para que tu proceso de encontrar pareja (casual o formal) sea como tú deseas.

Porque nunca olvides que cuando estás ligando te están comprando por tu valor.

¿Tienes claro cuál es el tuyo?