En su último monólogo en Netflix, se compara con Hugh Jackman por sus ojos juntos y su nariz prominente ¿Sale acaso Dani perdiendo?
Cuando no te conoces a ti mismo, tus patrones forman parte de la sombra, y te juzgas duramente (a ti mismo y a los demás) hasta minar tu autoestima, como parece que le ha pasado a Dani Rovira, según nos hace ver en su último monólogo de Netflix. Aunque lo haga en tono humorístico, el sentimiento de fondo sigue siendo el mismo (entre broma y broma, la verdad asoma).
Saber de Morfopsicología nos da el conocimiento de que «detrás de un irónico siempre hay un sensible».
Cuando vi en Netflix el monólogo de Dani Rovira, me llamó mucho la atención la forma en la que bromeaba sobre varios rasgos de su rostro: sus ojos juntos y su nariz prominente. Muchas personas con rasgos parecidos pueden pensar igual que él respecto a sus ojos y su nariz, así que vamos a analizarlo por separado.
Los ojos pertenecen a la Zona Cerebral. Nos sirven para captar la información del exterior. Unos ojos juntos dan tendencia a la estrechez de miras y, consecuentemente, también a la celotipia (más que con algo emocional, los celos están relacionados con el “no entender” la situación). También una mayor impermeabilidad de ideas, es decir, no le da propensión a abrirse a las ideas del exterior. En el caso de Dani Rovira son pequeños para la zona y están algo resguardados, lo que le da selectividad a la hora de recibir información e interiorización de sus ideas.
La nariz pertenece a la Zona Afectiva. Nos indica la forma de emitir nuestra comunicación. Una nariz grande y prominente da gran capacidad comunicativa y tendencia a una comunicación afectiva proactiva (siempre que tenga un nivel de tonicidad suficiente), en búsqueda continua de contacto emocional, en ocasiones con impulsividad. En el caso de Dani Rovira, su nariz es algo larga para la zona (atonía) y sus aletas no vibran demasiado, por lo que no tendrá tan activada la búsqueda afectiva de forma proactiva, sino que lo hará de forma algo más pasiva, tampoco lo hará de forma impulsiva, sino más paciente.
Si Dani Rovira conociera lo que dice cada parte de su rostro de él, tal vez no habría bromeado en el monólogo sobre ello (o tal vez sí, él bromea sobre cualquier cosa).
Lo que está claro es que, cuando te conoces, te comprendes y te das la oportunidad de comenzar a aceptarte. La aceptación es el primer paso para el amor y el amor por el que debemos comenzar todos es el amor propio. Para poder amar al prójimo primero has de amarte a ti mismo.
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