(Artículo escrito por David González – fisioterapeuta y CEO fundador de Be Healthy Santander)
Creo que a estas alturas no tienes dudas de que realmente están conectados entre sí, ¿verdad?
Perfecto. Al saber ya este hecho, ¿qué te puede aportar seguir leyendo? Te voy a contar cómo están relacionadas entre sí, y qué beneficio te aportará cuidar de tu cuerpo. Sin más dilación, vamos a por ello.
Quiero que conozcas a una proteína que actúa como factor de crecimiento durante el desarrollo cerebral. Su nombre es Brain-Derived Neurotrophic Factor (BDNF para los amigos). Su presencia promueve la maduración de nuevas neuronas y su ausencia facilita la pérdida. Estamos tan sumamente bien hechos, que esa proteína no es algo que esté o no esté, sino que por distintos mecanismos podemos generar más o menos, y eso nos ayuda en la salud física y cerebral. Veamos algunas herramientas naturales que tenemos para ayudar a este mecanismo y tener mejor Salud física y por consiguiente, Salud mental.
Sin meternos en mucho en materia, hablaremos brevemente de la alimentación. El tip más importante en cuanto a cómo favorecer nuestro cuidado físico y mental desde la alimentación es comer alimentos y no productos. Es decir, en líneas generales, todo lo que venga envasado será un producto, y todo lo que sea fresco, será un alimento.
Gracias a este pequeño tip, nuestra flora intestinal agradecerá este estímulo saludable y nos dará la recompensa de estar más lúcidos, más tranquilos y más relajados. En definitiva, gozaremos de una salud óptima.
En el sistema intestinal encontramos la gran mayoría de nuestro sistema inmunológico, por lo que es vital alimentarse con alimentos. Además, si observamos el proceso de nuestra propia evolución, cuando estamos dentro de nuestra madre lo primero que se forma es el Sistema Nervioso Entérico, es decir, el sistema nervioso que pertenece al sistema visceral. Por lo que, ¿realmente nuestro primer cerebro está en nuestra cabeza? Cronológicamente hablando, observamos que está en nuestra barriga. Este hecho quiero que sirva para darle la importancia que tiene a la alimentación.
Por supuesto, no hay que volverse loco. Pero con ese pequeño paso, ya hacemos mucho bien a nuestro cuidado físico y mental.
En publicaciones posteriores podemos hablar acerca de otras herramientas dentro de la alimentación, como por ejemplo, el ayuno.
Aquí si vamos a detenernos un poquito más, ya que en el ejercicio físico podemos controlar mejor las variables y aplicarlas a nuestro favor. Uno de nuestros más prestigiosos médicos, Santiago Ramón y Cajal, asumía que un cerebro saludable requería un cuerpo en forma. La ciencia actual ha demostrado que esa afirmación es cierta. Cuanto más sedentarismo y falta de movilidad haya en nuestra vida, peor funcionamiento cerebral y mayor deterioro cognitivo. Por lo tanto, vamos a movernos.
Según un estudio realizado en 2014 por Childs, E. y De Wit, H, titulado “El ejercicio regular está asociado a una mayor resiliencia emocional en adultos sanos con estrés”, publicado en la revista Frontiers in Physiology, afirmaban que las personas que no hacían ejercicio regular tenían menos “afecto positivo” que las que si lo hacían.
Vamos un paso más allá. La depresión es la segunda causa más frecuente de baja laboral en España. Sólo por detrás de los trastornos osteomusculares, es decir, de los dolores tipo cervicalgias, lumbalgias, etc.
Lo bueno de todo esto es que con la herramienta que estamos comentando ahora (ejercicio físico), trabajamos para inhibir ese estado depresivo y para equilibrar el sistema músculo-esquelético.
Otro estudio que apoya esta teoría es el siguiente: “Exercise increases tryptophan availability to the brain in older men age 57-70 years”. Michel O Melancon, Dominique Lorrain, Isabelle J Dionne. En él, los autores afirman que la cantidad de triptófano en personas físicamente activas aumenta en comparación a las personas no activas. El triptófano es una molécula precursora de dos neurotransmisores: la serotonina (hormona de la felicidad) y la melatonina (hormona del sueño) por lo que gracias al ejercicio estimulamos el sentirnos más felices y el hecho de descansar mejor, lo que a su vez, una vez más, nos hace más felices y más productivos.
Como vemos, moverse tiene una gran implicación en nuestro cerebro y por lo tanto, en nuestro estado de ánimo. Realizar un simple ejercicio, como podría ser caminar e introducir ejercicios de fuerza, aporta el suficiente esfuerzo al cerebro como para regenerarse y producir sustancias analgésicas (endorfinas) de manera gratuita y sencilla.
Espero que te haya servido de utilidad. Si tienes dudas, ponte en contacto conmigo en www.behealthysantander.com o en el Instagram @behealthysantander